¡EL MALDITO DINERO!

-Hay una explicación para todos los ciclos recesivos del siglo XX... ¿alguien me la puede decir?

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-¡EL MALDITO DINERO!

Con este sabio comentario de mi profesor de Economía inicio hoy una nueva sesión práctica de la taberna. Todos los borrachines suelten de inmediato las cervezas que vamos a dar una clase muy interesante sobre un factor central en la vida de cualquier santiaguino: El maldito presupuesto.

Claro, porque en Rancagua, la cosa es muy fácil: Si no te queda plata, te puedes ir a pata o a caballo (bueno, bueno, tampoco tan Clint Eastwood), porque uno podría decir, claro, en Rancagua todo queda cerca (o sencillamente, no queda en ninguna parte). Puedes cultivar la comida si tienes hambre (u otras cosas), y con el montón de carretas carreteamos para rato. En fin, las ventajas de una suciedad rural... bah, digo, sociedad.

Pero en Santiago las cosas son distintas. El sistema de transporte implica que gastas unos 800 pesos al día en movilización si es que no tienes Pase Escolar o eres parte del gobierno. (Nota: En este blog no se busca decir que los personeros de gobierno tienen descuentos especiales para el metro o el Transantiago, eso sería una gran mentira. Lo que tratamos de decir es que ningún politico con un pelo de inteligencia usaría el metro). Y para que les cuento la comida...

¡Pero no os preocupeis, que acá le tengo una serie de consejos prácticos si tienes problemas con el presupuesto en tu vida universitaria!

1º Para la comida: Trae loncherita de la casa, muy sencillo, aunque todos te miren raro. Pedro Picapiedra llevaba los pequeños bistec de dinasaurio y Pablo jamás le dijo "Eres un nerd prehistórico, hihihihihi!", ni nada por el estilo. Otra solución es sencillamente transformarte en el pecha de la clase. Lo bueno de la universidad  es que son grandes y puede rotar a tus víctimas. Si eliges bien a tus víctimas, la fama no crecerá tan rápido.

Dato Extra: Por ningún motivo compres cosas dentro de la Universidad, hay un monopolio que no te lo sacas. El otro día pregunte la hora y me cobraron 400 pesos y a parte tuve que lavar los platos.

El maestro del racionamiento.

"Eeeem, ¿ahorro?"

2º Para el Transporte: Mientras esperas tu pase escolar (Ya po, señora Bachelet, deje de cambiar los ministros y mandeme mi tarjeta), puedes recurrir a un sistema muy ingenioso inventado por el doctor Tomás Toro (ese tipo si que se pasa en la taberna, maldito ebrio...): Como sabes, la tarjeta Bip cobra un saldo Cero si la usas dentro de un plazo de 2 horas de nuevo. Cada 1 hora y media, baja al metro, pasa la tarjeta, vuelve a tu clase, y repite el procedimiento cuantas veces sea necesario. ¡Hey, son 400 pesos, con eso puedes comprarte el envoltorio del frugele dentro de la U! 

Dato Extra: A los señores del Transantiago realmente no les importa que pases la Tarjeta. De momento soy el unico estúpido que sigue haciendolo, pero ya veremos...

3º Para el Carrete y Derivados Líquidos: Acá hay varios sistemas: Puedes transformarte en un nerd asqueroso, encerrarte todo el día en tu casa a estudiar y crear blogs, o puedes buscar "los sectores estratégicos mas baratos". Esto es, conoce los lugares más baratos. Lo que es el carrete en sí, lo lamento chicos, si siguiste los consejos anteriores, vas a decubrir que no sirvió de nada porque en Santiago vas a tener que pagar con chequera. Y si es en efectivo, con Maletín.

Dato Extra: En la plaza, donde se junta la buena sociedad a las 1 de la mañana, el carrete es gratis.

4º Para gastos extras: Deja de soñar... Para este entonces ya se te acabo toda la plata.

Bonus Track: Si eres amigo del tipo de la foto, entonces fácil, no pesques nada de lo que dije y disfruta de la buena vida.

En fin, ahora que no te queda plata para devolverte a Rancagua, le aplicas al dedito. O camina, después de todo, en la Colonia la gente caminaba (y la esperanza de vida era de 10 años).

Consejo del día: Si miras con optimismo al horizonte y notas que se forman nubarrones... saca el paraguas.