Episodio I: La amenaza de las Luces Verdes y Rojas

-¡Oye, se me olvido explicarte lo de las estaciones saltadas, te fijas en las estaciones rojas y verdes y listo!

-¿QUE?

Estimados Lectores:

Probablemente haya roto con mi usual inicio crítico anti Facebook, pero luego de estudiar este sistema por un mes descubrió algo curioso: va en decadencia. Me alegro, ya les explicaré que he notado pero no es el punto. Desde hoy iniciamos una renovación curiosa: mi blog abre su crítica no solo a Facebook sino a todos los sistemas que no funcionan. Volveré a tocar el tema de Facebook cuando sea necesario, pero no demos vueltas para siempre en lo mismo, hay muchas cosas en el mundo a las cuales podemos odiar. Todo perecerá, pero el odio siempre prevalecerá, y eso es pan para mi negocio.

Antes de iniciar mi carrera de odio, destrucción les explico: Luego de rendir la PSU (Prueba de Superación Urinaria... no, esperen, no era eso) logré entrar a la facultad de derecho con la unica intención de imponer una demanda a Facebook dentro de unos años más (solo para cargarme a SUCKERberg). Lamentablemente no contaba con un punto en mi contra: Santiago.

¿Santiago en un día nublado... No, esperen, es smog?

Santiago es un facebook tal cual. Hay actualizaciones de estado (pasamos de doña Bachele' a Don Piñera, Dios quiera), grupos (pokemones, metaleros, ¿SURFISTAS?), copuchentos por montones e incluso perfil (?). Pero hay algo que Santiago tiene y Facebook no: Transantiago. Y dios mío, cuantas cosas serían distitnas si Facebook tuviera Transantiago: todos ya se hubieran salido del maldito sistema.

Para la gente de Extranjía (los exgranjeros) que leen mi blog, Transantiago es un sistema muy bonito de transporte. Los buses lo tienen todo, tele, bar, una chica bonita que te hace masajes, todo menos eficencia. Porque esos buses juegan al sistema de fila india: van todos juntitos. Entonces tu tienes que esperar 2 horas frente al paradero cuando derrepente aparecen a lo lejos una manada de dementes persiguiendote para que te subas a su micro. ¡TARAN! Que eficaz.

Pero no es el punto. Yo soy un ex granjero en Santiago, por asi decirlo. Soy el pueblerino, por lo tanto todo este sistema de tarjetas y combinaciones me tiene un tanto confundido. Les contaré cual fue mi experiencia.

Partí yo de Rancagua donde hay sol, vaquitas y cerros con cebada, donde puedes salir a la calle y dejar la puerta abierta, donde... no, esperen, eso era California. Bueno, salí de mi humilde morada pueblerina cuando divise una nube en el horizonte: SMOG (Sustancia Maligna Octavio Gas). Si, Octavio en el horizonte, pero no me preocupe... Mi hermano al lado señalo que no era problema, por que la gente que tiene auto no lo afecta el Octavio (¿Que quiso decir?). En fin, me acompañó al metro... Me dio instrucciones y listo...

Pero se le olvido señalarme que ahora habían luces rojas y verdes.

¿No tenían ni idea? Ahora los recorridos son con luces rojas y verdes. ¿QUE QUIERE DECIR ESO? Yo no lo sabía, pero mi vida iba a transformarse en un infierno a partir de eso... ¿Como salí adelante, que eran esas luces? Averigüenlo en el proximo episodio.